5 retos de la mujer emprendedora en El Salvador

El 33.92% de las unidades económicas en El Salvador se catalogan como emprendimientos.

El emprender es una actividad que ha existido siempre en la historia, pues es un proceso innato. Pero ha cobrado importancia frente a la necesidad de superación y crecimiento económico en la sociedad, sobre todo en “la recesión más grande que ha sufrido la región” (Comisión Económica para América Latina y El caribe. CEPAL). La pandemia por COVID-19 impactó negativamente a El Salvador en aspectos como la reducción de pobreza y crecimiento económico. Sin embargo, para toda crisis existe una solución y esta vez no fue la excepción. Esto trajo consigo un alza en la creación de emprendimientos que surgieron a partir de las necesidades del mercado para ese entonces; empresas de delivery, emprendimientos de comida, clases online, etc.

Según la última encuesta de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype) se registran 107,795 emprendimientos en El Salvador, de los cuales 60 de cada 100 son liderados por mujeres (68%).

Ana Flora Aparicio, madre y esposa salvadoreña de 45 años, decidió iniciar un emprendimiento como respuesta a la pérdida de su empleo y sumando la dificultad a la que se enfrentan las personas que no se encuentran en la edad promedio que los reclutadores buscan para ocupar una plaza (25 a 35 años en El Salvador). Así fue como surgió Happy Cooking, con un pequeño banner y un arte que Ana difundió entre sus vecinos. Lo que comenzó con una venta de quesadillas se convirtió en un espacio en el que niños y adultos toman clases de cocina.

Ser emprendedora en uno de los países más pobres de América definitivamente no es tarea fácil, son muchos los esfuerzos y limitantes que surgen en esta aventura de iniciar un negocio. ¿Cuáles son los retos más significativos para una mujer emprendedora en El Salvador?

  1. Establecer precios adecuados

Este es uno de los más importantes, porque de esto depende el éxito o fracaso del negocio. Es necesario buscar asesoría financiera y educarse sobre el establecimiento de costos y manejo de ganancias. El emprendimiento de Ana ha sido para ella una de sus más grandes pasiones y el seguimiento de la labor de su madre: “A mí me ha gustado la pastelería toda la vida, mi mami me enseñó a hacer pasteles desde los 11 años” dice Ana, para ella fue difícil establecer costos acercados a la realidad porque prevalecía su felicidad y satisfacción al cocinar, pero una buena educación financiera es un paso imprescindible para que el emprendimiento sea sostenible.

  1. Saber adaptarse

La pandemia demostró que la transformación y adaptación son elementos que todas las empresas (incluso las Pymes) deben contemplar. Happy Cooking pasó de ofrecer clases presenciales a brindar clases personalizadas a domicilio, para eventos o instituciones debido a la pandemia. Lo importante es saber cómo hacerlo y transformar las deficiencias del mercado en una oportunidad. Identificarlas y utilizarlas a tu favor, conoce a tu cliente ideal, hazte preguntas como ¿cuál es el canal más adecuado para comunicarte con él? ¿Qué necesidad busco satisfacer? ¿De qué manera afecta el entorno mi negocio?

  1. Equilibrio hogar-trabajo

En una mujer que además de dedicarse a velar por su hogar, trabaje una jornada regular de 8 horas el equilibrio es un factor determinante para emprender. Para Ana Flora, madre casi a tiempo completo fue necesaria una transición y definición de roles en el hogar para lograr un equilibrio: “Cuando me quedé sin empleo e inicié mi emprendimiento fue una etapa difícil pero mi vida como mamá mejoró mucho con el apoyo de mi esposo y de mis dos hijos”. Es normal que surjan dudas y miedo al enfrentarse a un nuevo camino, pero es más fácil si encuentras a tus mejores aliados.

  1. Optimización de tiempo

La organización es la mejor amiga de un emprendedor. Para tener un balance en las actividades diarias se necesita definir prioridades y por supuesto establecer metas tanto personales como de tu emprendimiento. Parte de esto fue el reto para Ana, quien hoy cuenta con un trabajo fijo y además se encarga de su emprendimiento, equilibra sus días dedicándose al negocio los fines de semana y a domicilio.

  • Aprendizaje continuo

El ser humano se encuentra en constante aprendizaje por naturaleza, el mercado es un factor cambiante y el emprendedor debe asumir este reto como algo que tiene que pasar. En el caso de Ana, descubrió la necesidad de estudiar más sobre repostería y cocina, tomando un técnico en Panadería en el Instituto Tecnológico Centroamericano ITCA e incluso asesorándose en la administración de su negocio. La inversión no es una limitante para reforzar el estudio (no del todo) existen muchas instituciones en el país y en el mundo de manera online, que certifican y asesoran a emprendedores de forma gratuita. Un aprendizaje especializado puede reforzar y contribuir positivamente al negocio dándole credibilidad y atrayendo nuevos públicos,

  1. Motivación

El último, pero no menos importante, la motivación. Es complicado tenerla al comienzo y está bien tropezar en el camino, pero el éxito se trata de eso, de equivocarse y aprender de ello. Comparte tu motivación, seguramente en el camino encontrarás personas que se interesen por tu propuesta. “Yo nunca me imaginé que la gente estuviera interesada tanto como yo en la pastelería y fue un disfrute tan pleno” nos relató Ana. La inspiración es una buena herramienta para alcanzar la motivación personal, piensa que algún día tú serás la inspiración para alguien más. Happy Cooking forma parte del 68% de emprendimientos salvadoreños dirigidos por mujeres. El emprender es por sí solo todo un reto para una madre y hasta el día de hoy podemos decir que los emprendedores son el motor de la actividad económica en El Salvador, resuelven problemas como el desempleo y aumentan el empoderamiento femenino, económico y la innovación. En definitiva, es una labor importante que merece ser reconocida.

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